Fatiga repentina

Por el Equipo Editorial de Menopause Now | Actualizado: 18 junio, 2020

Damas

La fatiga repentina afecta a un número desproporcionado de mujeres que pasan por la menopausia, provocando decaimiento y falta de energía sin razón aparente. Si no se trata adecuadamente, este síntoma puede afectar negativamente su calidad de vida.

Continúe leyendo para conocer todo acerca de la fatiga repentina durante la menopausia, a fin de saber cómo combatir el cansancio y los síntomas que lo acompañan de manera efectiva.

Fatiga repentina

La fatiga repentina se define como una súbita y abrumadora sensación de cansancio y debilidad, así como de decaimiento y falta de energía, que puede aparecer en cualquier momento del día. Se diferencia de la somnolencia que implica una necesidad real de dormir.

La fatiga repentina es distinta de la fatiga crónica, ya que en esta última la víctima tiende a sentirse constantemente cansada y sin energía. Los períodos de fatiga crónica suelen empeorar con la actividad física o mental y no mejoran con el reposo.

Síntomas de fatiga repentina

Estas son las "banderas rojas" más comunes, que indican fatiga repentina en la menopausia:

  • Súbita sensación de letargo
  • Cansancio inexplicable durante el día
  • Agotamiento
  • Depresión
  • Pérdida de apetito
  • Incapacidad para concentrarse
  • Necesidad de dormir en momentos inusuales
  • Falta de motivación

La falta de sueño u otros trastornos relacionados que provocan fatiga repentina también pueden manifestarse como irritabilidad y dificultad para concentrarse en las tareas diarias. Esto puede impactar negativamente las relaciones personales y profesionales.

Causas de la fatiga repentina

La sensación de cansancio y debilidad es un síntoma común de la menopausia. Sin embargo, es difícil saber si son las fluctuaciones hormonales las que provocan fatiga repentina, ya que otras causas, tales como el estrés, los problemas psicológicos, enfermedades subyacentes o el estilo de vida, también pueden desempeñar un rol importante en la sensación de agotamiento repentino.

Causas no hormonales de fatiga repentina

Aunque el estrés es un factor de riesgo importante, el cansancio inexplicable también puede ser provocado por trastornos de ánimo, tales como la ansiedad, la depresión o el duelo.

Existen condiciones de salud que también pueden causar fatiga repentina en la perimenopausia y la menopausia, entre ellas la anemia, los trastornos de la tiroides, la obesidad, la apnea del sueño, la diabetes, las enfermedades cardíacas, el cáncer y los problemas hepáticos o renales.

Además, el agotamiento repentino puede ser causado por un estilo de vida poco saludable que incluye alto consumo de alcohol y cafeína, así como ausencia de actividad física, falta de sueño o malos hábitos alimenticios.

Causas hormonales de fatiga repentina

El estrógeno es una hormona que puede afectar los niveles de energía, ya que regula el nivel de cortisol, también conocido como “la hormona del estrés” que en exceso puede provocar somnolencia. Si los niveles de estrógeno disminuyen, los de cortisol se descontrolan y esto puede provocar fatiga repentina durante la menopausia.

Cómo manejar la fatiga repentina

La principal forma de manejar la fatiga repentina es a través de ajustes en el estilo de vida.

Es fundamental mantener un patrón de sueño regular y saludable. Durante las horas previas al descanso nocturno, se recomienda no ingerir comidas pesadas ni cafeína, así como evitar la exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos, los cuales interfieren con la secreción de melatonina y alteran el ritmo circadiano.

Con la finalidad de reducir el estrés, también es importante realizar ejercicio con regularidad, al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana. Se recomiendan yoga, Pilates, correr, tenis, natación, así como cualquier otro tipo de actividades aeróbicas y anaeróbicas para aliviar la tensión y, en última instancia, promover el equilibrio hormonal.

Tratamientos alternativos para la fatiga repentina

Los suplementos de hierbas son algunas de las opciones más populares para las mujeres que sufren de fatiga repentina. Estos suplementos pueden ser de dos tipos: fitoestrogénicos y reguladores de hormonas. Mientras que los primeros contienen compuestos vegetales similares al estrógeno natural, los segundos estimulan el sistema endocrino para que produzca hormonas de manera natural, combatiendo no solo el agotamiento repentino, sino también con otros síntomas de la menopausia.

Otros métodos alternativos que pueden brindar alivio a las mujeres con fatiga repentina incluyen aromaterapia, meditación o masajes. Hablar con un consejero o terapeuta también puede ayudar si cree que sus síntomas de fatiga se deben a estrés, ansiedad, depresión u otro problema psicológico.

Es importante tener en cuenta que la fatiga repentina ha sido poco investigada por la ciencia; sin embargo, aunque no pueda asegurarse el éxito de cualquiera de estos tratamientos, una combinación de ellos puede ayudar a reducir los síntomas menos severos. Cada mujer debe escoger las opciones con las que se sienta más cómoda.

Recomendaciones

Se recomienda a las mujeres que sufren de fatiga repentina durante la menopausia comenzar con métodos no invasivos antes de buscar opciones farmacéuticas, como la terapia de reemplazo hormonal (TRH). Los tratamientos para la fatiga se enfocan en muchas de las técnicas mencionadas anteriormente, así como en otras que eventualmente promueven el equilibrio hormonal, el cual suele ser la raíz del este síntoma.