La mayoría de las mujeres espera que los síntomas de la menopausia, causados por las fluctuaciones hormonales propias de esta etapa de la vida, se detengan una vez que la menstruación desaparece definitivamente. La verdad es que, aunque los infames episodios de bochornos y sudores nocturnos suelen ser más intensos durante la perimenopausia, y tienden a desaparecer junto con el periodo menstrual, los sofocos después de la menopausia afectan a muchas mujeres.
¿Qué son los sofocos después de la menopausia?
Hay tres niveles de severidad de sofocos:
- Sofocos leves. Sensación de calor, sin sudor ni humedad.
- Sofocosmoderados. Generalmente acompañados de sudoración o humedad, pero permiten continuar con las actividades de manera normal.
- Sofocos severos. Caracterizados por calor intenso y sudoración. A menudo causan interrupciones en la rutina diaria.
Los bochornos en mujeres mayores, que ya se encuentran en la postmenopausia, comparten las mismas características con los sofocos de la menopausia: sensaciones de calor intenso en la parte superior del cuerpo, sudoración excesiva y, en ocasiones, escalofríos.
La duración de los episodios de sofocos después de la menopausia varía de una mujer a otra, pero puede ser de treinta segundos a cinco minutos. La intensidad y frecuencia de los sofocos también varían, pero generalmente disminuyen con la edad.
Existe una variedad de factores que puede provocar sofocos. Aprender a evitar estos detonantes, hasta donde sea posible, permite a las mujeres reducir la intensidad y la frecuencia de estos episodios.
¿Qué causa los sofocos después de la menopausia?
Los sofocos, a lo largo de la perimenopausia y la postmenopausia, generalmente son causados por una disminución en los niveles de estrógeno, lo que altera el funcionamiento del hipotálamo, el área del cerebro que controla la temperatura corporal, haciendo que ésta se eleve innecesariamente. Durante los sofocos, las mujeres también pueden experimentar un aumento de la frecuencia cardíaca y sudoración excesiva, la cual indica que el cuerpo está intentando enfriarse.
Si los sofocos comienzan en la perimenopausia, antes del final de la menstruación, duran un promedio de nueve a 10 años. Por otro lado, los bochornos en la postmenopausia pueden prolongarse por cerca de tres años y medio. Teniendo en cuenta que la edad promedio de la menopausia es 51 en los Estados Unidos, esto significa que los sofocos podrían aparecer en mujeres mayores de 60 años.
¿Qué desencadena los sofocos?
Existen diversos factores detonantes de bochornos en mujeres mayores, entre ellos:
- Estrés
- Alimentos y bebidas (cafeína, alcohol y especias)
- Fumar
- Ambientes cálidos
Cómo manejar los sofocos después de la menopausia
El manejo de los bochornos en mujeres mayores de 60 años funciona de la misma forma que durante perimenopausia. En ambos casos se recomienda:
Seguir una dieta saludable, con menos cafeína y azúcar, así como más granos integrales, frutas y vegetales frescos, especialmente aquellos con fitoestrógenos.
Implementar una rutina de ejercicios, para mejorar la circulación sanguínea y promover la salud del sistema endocrino.
Evitar desencadenantes, tales como comidas picantes o muy condimentadas.
Establecer una rutina antes de acostarse para reducir la posibilidad de sofocos nocturnos, esto incluye mantener la habitación fresca; usar pijamas ligeros y tener siempre un vaso de agua fría junto a la cama.
Tomar una ducha fría justo antes de acostarse, a fin de bajar la temperatura corporal.
Llevar un diario para registrar cada episodio de sofocos. Esto podría revelar un patrón, ayudar a identificar detonantes, y generar cambios positivos en el estilo de vida.
Si los síntomas de sofocos después de la menopausia son graves, hasta el punto de afectar su vida diaria, es recomendable intentar enfocarse en la causa subyacente: el desequilibrio hormonal. En el siguiente enlace podrá obtener información sobre las mejores alternativas de tratamiento para los sofocos.