Menopause 
Muchos factores contribuyen a la irritabilidad durante la menopausia y, al margen de las causas, el mal humor frecuente puede ser perjudicial para sus relaciones con los demás y para su salud. Sin embargo, una vez que reconoce su tendencia a ponerse de mal genio y los indicios de irritabilidad desde sus etapas iniciales, se vuelve más fácil reducir la frustración y las explosiones de malhumor. Siga leyendo para descubrir cinco síntomas de irritabilidad que usted puede controlar para lograr una vida más estable.
Altos niveles de estrés
Una pequeña cantidad de estrés en la vida puede ser saludable, e incluso necesaria. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico y abrumador puede convertirse en ansiedad, un grave problema para su salud física y mental. Si siente que su malhumor se acumula debido al estrés, es una buena idea identificarlo y encontrar una manera de reducir la tensión muscular y nerviosa mediante técnicas de relajación (como yoga o tai chi), iniciar alguna actividad recreativa o hablar con alguien de confianza.
Problemas para dormir
Si bien la falta de sueño es puede poner de malhumor a cualquiera, es uno de las principales síntomas de irritabilidad durante la menopausia. Otros síntomas relacionados, como la sudoración nocturna y la apnea del sueño, pueden interrumpir el ciclo natural de descanso nocturno y causar fatiga e irritabilidad durante todo el día. Para evitar la aparición de este síntoma, existen diversas maneras de mejorar su calidad de sueño: irse a la cama a la misma hora todas las noches, evitar las distracciones antes de la hora de dormir, y acostarse solo cuando esté realmente cansada, son hábitos saludables que pueden ayudarla con sus problemas para dormir y su irritabilidad.
Poca tolerancia
Todos los síntomas de irritabilidad contribuyen a que una reducida tolerancia a la frustración, y sus relaciones interpersonales pueden sufrir como resultado de ello. Las mujeres pueden encontrar que la irritabilidad durante la menopausia hace que magnifiquen las cualidades negativas de los demás, y los detalles que antes se pasaban por alto se convierten en fallas terribles. Ya sea en el trabajo o en la vida personal, esto puede afectar negativamente el bienestar general de todos los involucrados. Es importante detenerse un momento a pensar antes de reaccionar, y saber elegir sus batallas, especialmente cuando se trata de pequeñas cosas que la molesten.
Impaciencia
A nadie le gusta que le hagan esperar, y cuando tiene que hacerlo, es natural irritarse un poco. La impaciencia puede ocurrir en cualquier situación, desde esperar en la cola del banco o el supermercado hasta tener una conversación con un amigo. Cuando sienta que la impaciencia viene, deténgase. Tome respiraciones profundas y lentas, y cuente hasta 10. Esto ayudará a disminuir el ritmo cardíaco y relajará su cuerpo, permitiéndole distanciarse emocionalmente de la situación.
Reacción exagerada
Esta es una combinación de todos los anteriores síntomas de irritabilidad. Cuando los niveles de impaciencia e intolerancia superan la respuesta normal a las circunstancias, ocurre la reacción exagerada. La frustración puede llevar a la ira, que se descarga sobre seres queridos y extraños por igual, y, en general, a expresar enojo por cosas que solían ser insignificantes. Al externalizarse, las emociones desbordadas pueden afectar a más de una persona. Es importante analizar los casos en los que haya reaccionado exageradamente para reconocer los desencadenantes en el futuro y apagar el fuego antes de que se salga de control.
En general, si descubre que se encuentra en un estado constante de irritabilidad durante la menopausia, hasta el punto en el que su personalidad está siendo oscurecida y crea tensión en sus relaciones con personas que le importan, es una buena idea hablar con un terapeuta, que puede ayudarlo a resolver sus problemas y encontrar las soluciones adecuadas.
Obtenga más información sobre tratamientos para la irritabilidad durante la menopausia, y encuentre una solución duradera que le garantice una vida más tranquila.